Los minimalistas también van de compras

Me autodefino como minimalista en proceso, pero también como una mujer que se preocupa de su imagen. He leído en los blogs de algunas chicas minimalistas que ellas viven felices con un armario que se compone de apenas 5 ó 6 prendas de ropa. Lamentablemente, esa fórmula no funciona para mí, ya que mi trabajo me obliga a tener algunas prendas más formales, mientras que en mi vida privada me confieso una amante de los vaqueros con cualquier cosa.

Os cuento esto porque el fin de semana pasado fui de compras con dos amigas. Fue mi primera salida de compras desde que he comenzado este nuevo estilo de vida minimalista, ya que hasta que no he llevado a cabo el «Opus Minimalista» de mi armario, no tenía sentido seguir adquiriendo prendas sin saber qué es lo que ya tengo en casa, lo que uso y lo que no.

Antes de salir de casa definí mis necesidades: dado que por la forma que tiene mi cuerpo, es más fácil para mí comprar pantalones o faldas (cualquiera me sirve) mientras que con las camisetas o blusas tengo bastantes más problemas; el objetivo era encontrar partes de arriba. Además, en mi «minimización» de armario, descubrí que tengo suficientes camisetas de algodón básicas, de colores lisos; que no son adecuadas para llevar a trabajar porque son más informales. Con lo cual mi necesidad era «partes de arriba que fueran formales y adecuadas para llevar a trabajar». Por último, pensé en los colores que necesitaba para combinar con la ropa que ya tenía.

Después de cuatro horas recorriendo tiendas con mis amigas, volví a casa con cuatro prendas. Son cuatro partes de arriba adecuadas para ir a trabajar, en colores que combinan con la ropa que ya tengo. La experiencia de ir a comprar sabiendo exactamente lo que busco ha sido excelente, ya que me ahorró tiempo (descarté automáticamente las tiendas donde hay solo partes de abajo, no me acerqué ni siquiera a los lugares donde había ropa marrón o de colores que sé que no tengo forma de combinar), esfuerzo (no me probé ninguna prenda que no cumplía con la necesidad que había establecido, a pesar de que vi vestidos y zapatos muy bonitos) y sobre todo dinero: ¿a quién no le ha sucedido eso de comprarse algo y al llegar a casa darse cuenta de que «ahora necesito tal cosa para poder combinar con lo que me acabo de comprar»?

Lo más importante del proceso es que una vez en casa, antes de meter las prendas en el armario, busqué cuatro prendas para sacar y donar. Para que entren cuatro, deben salir cuatro. Si no encuentro cuatro prendas que descartar, entonces no me puedo quedar con las nuevas. Es una regla inflexible. Y es que a partir de ahora, mi armario solo irá en decremento o se mantendrá como está, de la misma forma que ya sólo voy de compras cuando hay una necesidad clara.

Acerca de Miriam

Nací, crecí y comsumí cosas que no necesitaba durante mucho tiempo. Esta es una bitácora donde describo el camino hacia el minimalismo.
Esta entrada fue publicada en Vida Minimalista a diario y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

3 respuestas a Los minimalistas también van de compras

  1. Esto es consumo consciente y responsable :)
    Me ha gustado!

  2. Luis José dijo:

    Hola Míriam,

    La ropa suele ser un buen indicador del nivel de orden o desorden de nuestra vida, y es también un buen campo de experimentación para el minimalismo; no es igual de fácil deshacerse de un par de calcetines que de un armario :)
    ¿Has probado el Proyecto 333? Seguramente lo conocerás, se trata de utilizar únicamente 33 prendas durante 3 meses.

    Mi más sincera enhorabuena por tu blog, me encanta. Me he leído todos tus artículos y ya te tengo en mi Google Reader.

    Un saludo

  3. mortiziia dijo:

    Ay, qué risa me ha dado el proyecto 333. Más bien tendría que hacer el proyecto 1012, 10 prendas para 12 meses. Lo que tiene llevar cuatro años trabajando desde casa, que no necesitas ropa. Entre que no me gusta comprar trapitos (zapatos sí, pero me contengo) y que realmente no me hace falta, lo cierto es que tengo un armario peladísimo, y solamente me compro algo nuevo cuando necesito sustituir algo viejo que ya no es utilizable. Y al hilo de cambiar lo viejo cuando ya no es utilizable… sigo con el bolso viejo que te comenté en alguna entrada pasada, porque aún no he encontrado un bolso de mi agrado para sustituirlo. Yo creo que el hecho de hacerte más consciente de lo que consumes te hace ser también más exigente como consumido. Me niego a gastar en un producto que no cumpla punto por punto lo que necesito de él, prefiero seguir utilizando el objeto viejo o pasar sin él.

Deja un comentario